En 1960, Gretel, de nueve años, regresa a casa después de jugar en el parque con sus amigos. Para su gran sorpresa, no están ni su madre -amante de los cuentos de hadas- ni su abuelo -retirado y que vive con ellos- ni su hermano Hansel. Pasado el plazo legal, las autoridades los declaran oficialmente muertos, tras su misteriosa desaparición nunca más fueron vistos.
Treinta años después del suceso, Gretel debe regresar a Alerre, donde sucedió todo. Ahora nombrada inspectora de la Policía Nacional, deberá investigar una serie de crímenes vinculados a los cuentos de hadas que tienen una clara conexión con su infancia.