Después de su notable debut con animal, Leticia Sierra nos acerca una vez más a lo más profundo del alma humana y nos obliga a mirar lo que nadie quiere ver. En esta austera novela, el autor nos pregunta si la infancia es un juego tan inofensivo como creemos y nos lanza a una pregunta incómoda: ¿a qué edad aparece el mal en nosotros?
—preguntó Elsa. Ahora está tirada en el suelo y ya no se ríe. Él ya no sonríe.
Una niña de trece años es encontrada muerta en un solar baldío de Oviedo, con el rostro brutalmente desfigurado y el cuerpo destrozado. Elsa, la joven víctima, era estudiante de un instituto de la región y los responsables de la investigación del diario regional y la policía son la periodista Olivia Marassa y el inspector Agustín Castro.
«Hay un aleteo en su estómago, un cosquilleo que sabe que se convertirá en algo más cuando termine con ella».
Cuando circula la noticia, los dos se han ido por varios días y Olivia parece llegar tarde a las fechas exclusivas. Pero ya ha demostrado que no se rinde fácilmente y tiene un don para las mentiras y los asuntos más sensatos. Pronto comienza a investigar por su cuenta y descubre que la víctima tenía muchos secretos y enemigos. Estudiantes y profesores más pequeños y mayores la temían por su comportamiento abusivo y violento…